RIVAR Vol. 4, N° 11. Mayo 2017 pp. 121-124.


Reseña

 

 

Ana Laura Silva*

*Universidad Nacional de Cuyo analaura26silva@gmail.com

 

Florencia Rodríguez Vázquez (coord.). Gobernar la provincia del vino. Agroproducción y política entre la regulación y la intervención (Mendoza, 1916-1970)

Rosario, Protohistoria ediciones, 2014. ISBN 978-987-1855-84-1.

 

El eje transversal recorre a modo de hilo conductor los diferentes capítulos que componen el libro reseñado, es la provincia de Mendoza, núcleo de la región vitivinícola de Argentina. Con respecto al recorte temporal, se abarcan los años 1916-1970, aunque la obra se divide en dos apartados: el primero se encuadra en el periodo de 1916-1928, donde se desarrollan los antecedentes e irrupción del lencinismo; en el segundo, se hace un salto temporal al periodo de 1946-1970, a partir de un aporte a la historia del peronismo mendocino desde el estudio de los departamentos de Malargüe y San Martín, al sur y este de la provincia.

Los cuatro capítulos del primer apartado exploran aspectos sociopolíticos y económicos de la década de 1920, en la cual llega al poder el lencinismo. En un primer momento, encontramos el gobierno de José Nestor Lencinas, “el Gaucho”, que si bien formaba parte del corazón de la Unión Cívica Radical, como es ampliamente conocido, el dirigente provincial, más tarde, se distanciará y enemistará con su par nacional.

En el primer capítulo, Richard-Jorba descarta a José N. Lencinas como revolucionario considerándolo, por el contrario, un reformista. Un elemento que justifica esta elección es que el uso de la violencia como arma política no fue exclusiva del lencinismo, sino también fue ejercida asiduamente por diferentes grupos en la historia de Argentina, sin que pueda adjudicarse el calificativo de revolucionario a todo aquel que la ejercía.

Este movimiento político local ha sido encuadrado como populismo temprano o liberal, a partir de que el líder carismático entabla una relación directa con el pueblo, sin mediaciones institucionales, y quienes se contraponen a este movimiento son considerados, por tanto, “enemigo, antipueblo y antipatria”. Esto justificaría que el líder tome medidas que pueden ser consideradas violentas y/o autoritarias. Por esto, como se sabe, al lencinismo no se le recuerda precisamente por su respeto a la legalidad y las instituciones, lo que motivó diferentes intervenciones federales durante su gobierno. Con base en estos antecedentes, Richard-Jorba destaca el accionar del lencinismo y su relación con las masas, relegadas hasta el momento. Ello puede advertirse, por ejemplo, en su legislación y políticas sociales, a fin de atender las demandas y reclamos de los sectores sociales más débiles, incluso antes de la jurisdicción nacional.

No obstante lo cual, y en contraste con esta política, encontramos medidas violentas en tiempos de agitación gremial y obrera, como quedó demostrado en la gran huelga del magisterio mendocino en 1919, la cual fue reprimida con extrema dureza. La reconstrucción de esta coyuntura es el objeto de estudio de Richard-Jorba, en el cuarto capítulo.

La política en materia económica, con un carácter más intervencionista, y las relaciones con sector productivo durante la coyuntura crítica de 1918, también son abordadas en el segundo y tercer capítulo. En particular, Patricia Barrio reconstruye la conflictiva relación entre Cooperativa Vitivinícola, el gobernador Lencinas y los bodegueros que controlaban el sector. A su vez, la autora analiza la sanción e implementación de dos leyes complementarias, que fueron de vital importancia para la vitivinicultura (leyes 758 y 759, impulsadas por José N. Lencinas y su ministro Leopoldo Suárez en 1919). A partir de estas, se intentó proteger a los productores vitícolas, por lo general, subordinados frente a los bodegueros, que imponían condiciones de negociación. Hay que mencionar, además, que en uno de los proyectos de ley se preveía la creación de un seguro contra los daños por fenómenos meteorológicos, los cuales regularmente ocasionaban destrozos y grandes pérdidas económicas. No obstante, fueron leyes cuestionadas por los impuestos que imponían y, finalmente, en un marco de superación de la coyuntura crítica, los bodegueros bregaron fuertemente por la derogación de las mismas. Esta reconstrucción permite a Barrio distinguir distintas etapas en la relación entre el Estado y las entidades sectoriales.

Como producto de esa y otras crisis de la economía local, los sectores dirigentes propusieron diversificar la economía, por ejemplo a través del fomento de la fruticultura. Desde esta perspectiva, Florencia Rodríguez Vázquez recupera los antecedentes de políticas públicas sectoriales -con Emilio Civit, en 1908- y se detiene en especial en los alcances en la materia durante los gobiernos lencinistas, con vistas a darle más estabilidad y fortaleza al sistema productivo mendocino ante una crisis económica. El trabajo conjunto del Estado y los empresarios vitivinícolas (subsector de exportadores de uva en fresco) fue de gran importancia para posibilitar un progreso económico. A esto, se sumó la acción divulgativa desde el ferrocarril Buenos Aires al Pacífico.

Seguidamente, en el segundo apartado del libro, compuesto por tres capítulos, se estudia la influencia del gobierno peronista provincial (1946-1955) desde una escala más pequeña, es decir, desde el ámbito municipal mendocino (departamentos San Martín, al este, y Malargüe, al extremo sur), ambos con características periféricas y marginales. Las autoras que introducen este apartado, Ivana Hirschegger y Laura Ortega, justifican la elección en que ambas localidades no siguieron siempre las tendencias productivas del resto de la provincia.

En el capítulo siguiente, Laura Ortega analiza el nexo entre el municipio y la sociedad civil en el departamento de General San Martín. En sintonía con estudios previos, la autora distingue dos periodos durante la década peronista. Por un lado, el conformado por los años 1946-1950, donde la relación entre el primer peronismo y la sociedad fue más débil. Por otro, a partir del año 1950, encuentra una mayor organización por parte del gobierno peronista, donde advierte que las demandas del pueblo eran frecuentemente visibilizadas por medio de una asociación, es decir, de forma organizada. Factor que, como ya mencionamos, lo diferencia del lencinismo, que estableció una relación más directa sin mediación institucional.

De esta manera, da cuenta del rol que tuvieron municipio y asociaciones en diversas acciones (actividades recreativas, la regulación de los juegos de azar, la eximición de impuestos, la oportunidad de poder recibir recursos económicos extra, entre otros). Además, verifica que el partido peronista de San Martín utilizó estos contactos para consolidar su poder y alcanzar, posteriormente, beneficios electorales.

Respecto al análisis del actual departamento de Malargüe, denominado anteriormente “General Perón”, Ivana Hirschegger se propone el estudio sobre la política de colonización durante el primer peronismo, analizando específicamente el caso la conformación de la Colonia Agrícola Cañada Colorada, al sur del departamento. Sabido es que la política colonizadora durante este gobierno fue considerada de vital importancia para mejorar el nivel de vida de los trabajadores y aumentar la producción de los campos. Para analizar esta cuestión en el departamento, Hirscheggerse remonta al año 1951, cuando el Estado provincial intervino el territorio malargüino para fines colonizadores, a través de la sanción de la ley provincial n° 2021. No obstante, los esfuerzos colonizadores sobre este espacio marginal resultaron estériles. En parte puede decirse que contribuyó a esto la existencia de sectores con influencias políticas y económicas, que fueron favorecidos en detrimento del pequeño y mediano productor agropecuario. Asimismo, quienes recibieron parcelas no cumplieron con el fin productivo por el cual las tierras les habían sido adjudicadas.

La problemática abordada en el conjunto de la obra constituye un gran aporte, ya que retoma y profundiza los estudios históricos sobre la principal región vitivinícola de Argentina. Asimismo, se destaca el avance sobre los tradicionales estudios sobre la provincia de Mendoza, como es el papel de las políticas públicas y las redes familiares con connivencia en el poder político, y se demuestre la implicancia de otros actores (económicos, políticos y sociales) y asociaciones empresarias que influyeron en el diseño e implementación de diversas políticas públicas, y entablaron relaciones complejas con el Estado local, con vistas a visibilizar intereses y demandas diversas.

 


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